Una mafia intocable

—¿Fuiste a la cárcel? —exclamó Lucio, frunciendo el ceño mientras inclinaba la cabeza incrédulo. Sus dedos se quedaron paralizados a mitad de caricia, sin seguir acariciando el suave cabello de Layla.

—Sí —admitió Layla con calma, levantando la mirada para encontrarse con la suya. Su mano descansaba ligeramente sobre su pecho desnudo—. Pero ese no es el punto principal. Bella se está yendo de Italia —añadió, compartiendo la inesperada noticia.

Lucio parpadeó, momentáneamente desconcertado—. ¿Bella? Pensé que ella y Canvin estaban por casarse —dijo, su voz teñida de sorpresa—. Pero no importa eso —¿te dijo algo Serafina que te haya molestado? —La preocupación oscureció su mirada mientras buscaba una respuesta.