Recuerdos para atesorar

A medida que caía la tarde, Layla y Lucio partieron con Alekis hacia la feria como estaba planeado.

—Es el famoso Festival de los Azufaifos —anunció Layla, leyendo la llamativa pancarta que colgaba en la entrada del bullicioso mercado.

—Veamos de qué se trata, entonces —dijo Lucio con curiosidad mientras entraban. El aire zumbaba con emoción, y los puestos alineados en las calles rebosaban de artículos temáticos de azufaifos — mermeladas, tartas, caramelos, caldo e incluso licor.

—Todo aquí gira entorno a los azufaifos —murmuró Lucio, escaneando la colorida variedad.

Layla lo miró, arqueando una ceja. —¿No sabes por qué este festival es tan especial?

—Es mi primera vez aquí. ¿Cómo debería saberlo? —susurró él, a la defensiva.

—Nunca te gustó leer, ¿verdad? —bromeó Layla, con un tono ligeramente regañón.

—Odiaba estudiar —admitió Lucio encogiéndose de hombros, ganándose una suave risa de Alekis, quien encontraba su charla juguetona encantadora.