Lleva tu pecado

—De todos los caminos que podrías haber tomado, elegiste aquel que te destruiría. Podrías haber tenido mejores amigos que él, pero nunca me escuchaste —dijo.

Las lágrimas brotaron en sus ojos, pero ella continuó adelante.

—Lucio, nunca imaginé que Vladimir continuaría su búsqueda durante tanto tiempo —susurró—. Pensé que había escapado de él.

La expresión de Lucio permanecía impasible. Luego, con un tono tranquilo, habló de nuevo.

—Dime el resto de la verdad.

Evelina dudó, pero el tormento en la mirada de su hijo la obligó a continuar.

—Vladimir estuvo detrás de la muerte de Antoine —admitió, y un sollozo escapó de sus labios—. Él planeó el ataque... Quería forzarme a salir del escondite. Cuando se enteró de que me había casado con Alekis, quería hacerme sufrir. Matar a Antoine y a ti era su manera de enviar un mensaje. No sabía que tú eras su hijo.

Las lágrimas corrían por su rostro mientras se acercaba, buscando las manos de Lucio. Las apretó con fuerza.