Lucien se tumbó en la cama y su subconsciente lo llevó de vuelta a aquel día en Mombana. Estaba encadenado tras ser azotado esa mañana.
Su espalda sangraba. Sus piernas sangraban donde Cone le había hecho pisar vidrios rotos y se reía mientras lo arrastraban encadenado para que caminara sobre ellos.
De vuelta en cadenas, estaba apenas despierto. Es una de esas cientos de veces que se enfrentó a la muerte. Cone todavía estaba enfadado con él por matar a su guardia y salvar a una chica a la que los guardias estaban violando. Ella era una de sus súbditas.
Lo habían castigado severamente. Yacía sobre el duro y frío suelo de su jaula, sangrando y sin fuerzas.
No había comido nada en tres días, y siendo torturado también, estaba al borde de la muerte.
Vetta estaba en la jaula de al lado y, aunque les habían ordenado que se mantuvieran alejados de él, Vetta se arrastró desde su jaula hasta la de él. Ahí estaba cuando llegaron los guardias. Se enfadaron y la arrastraron del cabello.