Dos meses no han cambiado el hecho de que Vetta no sabe qué hacer con su vida.
Estos pasados dos meses no han sido fáciles, ya que siempre se encuentra resistiendo el constante impulso de volver al palacio.
Pero, había prometido al rey Lucien que ella sanaría, estaba decidida a no decepcionarlo... lo que sea que sanar signifique. Las heridas que tiene no pueden curarse.
Pero ya que había hecho una promesa así, estaba decidida a intentar vivir como una mujer libre, y se mentalizó para mantener esa promesa.
En los últimos dos meses, ha intentado hacer todo lo que las mujeres normales del Reino de Salem harían. Va al mercado a comprar víveres para la comida, va a la feria siempre que escucha que habrá un carnaval, mantiene su gran casa e incluso sale al jardín a recoger las frutas que caen.