Capítulo 285. EL FANTASMA EN LAS CÁMARAS DORADAS.

Vetta llegó al palacio, dirigiéndose directamente al campo de entrenamiento, sabiendo que el Rey estaría allí entrenando a los jóvenes guerreros.

En efecto, el Rey Lucien estaba allí, pero la sesión de entrenamiento había terminado. Cuando lo vio, él estaba hablando con Dargak en un tono bajo. Aún no la había visto, así que ella utilizó ese momento para observarlo detenidamente.

Él ha cambiado en verdad. Si no estás tan cerca de él, no notarías el cambio sutil porque físicamente, él todavía se ve igual. Duro, grande, intimidante, tranquilo con una presencia dominante que es casi dominadora.

Pero esa frialdad que lo rodea como una capa ya no está allí. Lo hace parecer un poco más... accesible.

—Vetta. —Su voz profunda la sacó de sus pensamientos.

Ella alzó la vista, sus ojos encontrándose con los de él. Sus labios se estiraron en una sonrisa mientras se acercaba y hacía una reverencia ante él.

—Mi Rey. —Lo saludó.

Dando un paso hacia adelante, él besó su frente.