El vestido de Silver estaba manchado con la sangre de Ann pero no le importaba ya que estaba más preocupada por salvar la vida de su amiga. Sacó su teléfono del bolso y marcó el número de la ambulancia al darse cuenta de que nadie había intentado hacerlo. Se quedaban mirándola de la manera más repugnante con las manos cubriendo sus bocas mientras grababan vídeos de ellas.
—Por favor, acabo de enviarles la dirección, es una emergencia, por favor apúrense —dijo Silver al teléfono antes de colgar inmediatamente y enviarles la dirección.
—No la toques, es asquerosa y se merece morir —gritó una mujer cuando Silver intentó ayudar a Ann a levantarse.