Capítulo 12 - Hola, Abuelita

La abuela de Nadia no esperaba visitas esa soleada tarde, pero ahí estaban los temidos invitados, en su puerta.

Hizo un par de movimientos levemente bruscos que podrían interpretarse como signos de la vejez —para cualquiera que no supiera la verdad— mientras guiaba a sus visitantes hacia la choza.

La peculiar presencia de Alaris la agotaba, junto con sus ojos reptilianos que parecían calcular cada movimiento que ella hacía, aunque escondía su miedo enormemente.

—Es tan agradable tenerlos en mi humilde morada —les lanzó una sonrisa—. Nadia está mejorando. ¿Tú eres la Novia? Sí —su mirada finalmente se detuvo en Belladonna, su espalda ligeramente encorvada por la vejez la obligaba a inclinar la cabeza hacia arriba para poder verla—. Y usted es el hermano del Rey. Mi más sincero agradecimiento por todo lo que han hecho por Ignas. ¿Cómo está el Rey? Espero que el confinamiento le esté ayudando.