—Alaris era fuerte, pero ¿quién podría derrotar a Thanatou en su propio reino?
—La pelea llevaba unos treinta segundos y ya había tanta catástrofe que los guardias habían roto su intensa restricción sobre Eli y Belladonna, para poder protegerse de la ráfaga de llamas que se disparaban en todas direcciones.
—Belladonna estaba detrás del trono de huesos, ¡ni siquiera podía entender cómo había llegado allí! El dolor en sus piernas se lo recordaba. Había corrido.
—Su mano estaba apretada alrededor de su toalla. De alguna manera, en medio del caos, había robado el manto raído de un guerrero Thanis caído y se lo había puesto.
—Ver a un guerrero Thanis sin su capa negra le hizo entender por qué apenas dejaban algo a la vista, para empezar.
—Qué tortura para sus ojos.
—El par azul nunca se recuperaría.