—Tal vez las cosas habrían salido de manera diferente, tal vez Eli aún estaría vivo, tal vez nuestro hijo estaría vivo...
—Eli hizo un sacrificio —sostuvo su cabeza entre sus palmas, exigiendo su atención—. Sabiendo perfectamente lo que implicaría. Entregó su vida por la tuya. Él quería que vivieras.
Belladonna parpadeó ante esas palabras.
Eli quería que viviera.
—No lo mataste.
—Pero... pero mi mano estaba en la daga y yo...
—No lo mataste, Belladonna.
—¡Déjame hablar, Alaris! —se apartó bruscamente de él—. ¡Déjame estar enojada conmigo misma!
El silencio cayó entre ellos y sus manos cayeron a ambos lados mientras la observaba gritar y tirarse del cabello, rompiendo el silencio.
—¡Ahhhhhhhh!
Sus ojos estaban llenos de lágrimas, los ojos de él brillaban con lo mismo.
Una persona dolida intentando consolar a otra.
¿Cómo podría siquiera funcionar?