Capítulo 92 - Despedidas Unilaterales

Así que, era el amanecer.

El olor del rocío llenaba el aire y la oscuridad persistía en el cielo.

Era hora de que Eli llevara a Belladonna al cadáver de Kestra.

Hora de que él cumpliera con lo que su Señora había ordenado.

Estaban solos, caminando por el bosque. Una linterna estaba en la mano de Eli y con su otra mano sujetaba su muñeca, asegurándose de no soltarla sin importar qué.

Belladonna lo miró brevemente hacia arriba.

—Por Ignas, lo extrañaría. Si iba a morir por esto, él perdería la cabeza recordando este momento como el instante en que la llevó a su muerte.

Esta situación le recordaba a Collin y no podía evitar escuchar nuevamente su voz de arrepentimiento, dolor y rabia en su cabeza.

—La forma en que él irrumpió en su baño, buscando a alguien a quien culpar mientras se culpaba a sí mismo por la muerte de su esposa e hijo.

Se sentía como si estuviera sucediendo todo de nuevo, solo que esta vez les estaba ocurriendo a ellos.

—Eli sería Collin.