Aniya frunció el ceño. —Se parece demasiado a mi asesino intencional, no estoy interesada, estoy segura de que también quiere matarme. Además… —su mirada se intensificó—. ¡¿Qué clase de hija eres?! ¡No tienes piedad por tu madre!
—¿Por qué estás hablando de mi madre?
—Porque me estás proponiendo que me acueste con tu padre.
—¿Qué? Yo no dije eso.
—Dijiste que necesito tener un hijo con sangre del Alfa, y tu padre es el Alfa.
Oana negó con la cabeza. —Me refería a tu compañero, no a mi padre. Él es el heredero y lleva la sangre del Alfa en sus venas. Un hijo de él podría salvarte.
—Ah. —Aniya se rió—. Ah, compañero.
—Acuéstate con él, ten su cachorro, debería ser lo suficientemente fácil. Él es tu compañero. —Oana le tomó la mano—. Eso debería darnos tiempo y concederte la vida.
Aniya la miró, tratando de ver si realmente decía lo que estaba diciendo.