Emily no había visto a Jackson durante casi una semana.
La última vez en el ayuntamiento, si no hubiera sido por él, Nathan la habría forzado. No importa cuán mala fuera la actitud de Jackson, Emily recordaba su favor.
—Um... —Emily preguntó incómoda—, ¿qué te preocupa?
—Mi corazón.
—¿...Enfermedad del corazón?
Jackson estaba furioso. —No una enfermedad del corazón. ¡Mi cuerpo es tan fuerte como un toro, mi corazón está perfectamente bien!
Emily dio un paso atrás, evitando su enojo.
—Si no es un problema del corazón, entonces ¿qué es?
—Simplemente no puedo entenderlo —Jackson se paró con las manos en las caderas, mirándola desde arriba—. Eres bonita, pero hay muchas mujeres bonitas ahí afuera, y tienes mal genio, por no mencionar que eres tonta. Simplemente no entiendo ¿por qué me siento inquieto cuando no te he visto durante unos días?
Emily estaba atónita. —¿Eh?