—¿Qué estás haciendo?
—La habitación estaba muy oscura —Nathan encendió la luz al entrar y vio el piso cubierto de papel rasgado.
—Sophia se quedó congelada por un momento, luego dio una sonrisa amarga—. Mis padres aún no saben de la noticia, ¿verdad?
Ella no respondió a su pregunta. A Nathan tampoco le importaban sus emociones.
Si quería romper papel, que lo hiciera.
—Aún no deberían saberlo —dijo Nathan, caminando y sentándose a cierta distancia de Sophia, pisando el papel de seda destrozado.
Era obvio que no quería sentarse demasiado cerca de ella.
Sophia apretó los dientes, tratando de controlar su temperamento.