Incidente 249

La sonrisa de Amanda parecía un poco forzada. Emily estaba cada vez más preocupada. —¿Por qué no pides a un colega que vaya contigo? Realmente no es seguro que vayas sola. Más vale ser precavidos.

Amanda se rió amargamente. —Emily, ¿sabes quién me está buscando?

Emily negó con la cabeza.

—Es la banda local —dijo Amanda—. Pero esta gente es fácil de manejar. Vieron que nuestro concierto fue un éxito rotundo y querían cobrar algo de dinero por protección. Solo necesito darles algo de efectivo. Pero no puedo llevarte de vuelta al hotel esta noche. Deberías quedarte aquí en este hotel, no regreses. Estás embarazada, necesitas tener cuidado.

Emily asintió. —Entiendo.

—Ya me voy. Confirma tu hora de regreso conmigo y envíame un mensaje. Reservaré tus boletos.

Con eso, Amanda se apresuró a irse.

Berlín estaba frío al amanecer, y Emily no pudo evitar estremecerse. Tenía un mal presentimiento.