333 La Señora de la Casa

Emily estaba atónita.

El Sr. Satanás la llevó al baño. —Vamos, mientras te bañas, te diré lo capaz que es tu esposo.

¿Qué tan capaz era el Sr. Satanás?

A Emily le tomó más de dos horas salir del baño.

Emily estaba tan exhausta que ni siquiera quería abrir los ojos, siendo llevada en brazos envuelta en una toalla.

Débilmente protestó —Tú eres el verdadero superhéroe, no yo...

El Sr. Satanás rió, acomodándola en la cama y envolviéndola bien apretada. —Solo soy un superhéroe para ti.

—¿Y si el mundo se acaba?

—Que se acabe. Te llevaré a otro planeta —dijo el Sr. Satanás, acostándose a su lado y atrayéndola a sus brazos.

...

Estos últimos días, el deseo sexual del Sr. Satanás había aumentado de repente, tomando a Emily por completa sorpresa.

Varias veces la habían despertado en medio de la noche, lo que llevó a la privación del sueño...

Así que al día siguiente, ambos se despertaron tarde.

En el camino a la oficina, Emily durmió casi todo el viaje.