Después de terminar su ramen, Jackson mencionó que quería pasear por la zona, mientras que Emily regresó a la oficina.
Tan pronto como volvió, RRHH le dio algunas noticias. —Miranda, tu asistente Amy ha completado su proceso de incorporación. Hemos instalado su escritorio justo afuera de tu oficina. ¿Te parece bien ese arreglo? —le preguntaron.
¿Amy también está aquí? Emily pensó con algo de sorpresa. Aunque Amy podía ser torpe y un poco poco fiable a veces, Emily había llegado a disfrutar trabajar con ella. Ella tenía una manera de levantar el ánimo de Emily, especialmente cuando las cosas se ponían difíciles. Amy era como una pequeña bola de sol.
Justo como RRHH estaba explicando, Amy echó un vistazo a través de la puerta de la oficina. Tan pronto como vio a Emily, su rostro se iluminó con una enorme sonrisa, y saludó enérgicamente. —¡Miranda! Soy yo, Amy —exclamó.