Jackson se relajó rápidamente. —Pero si vamos a pasar el resto de nuestras vidas en el Reino Unido, necesitamos adaptarnos a las costumbres locales —dijo—. ¡Y las botas son definitivamente imprescindibles! Mi abuela siempre decía: «Las chicas no deben dejar que se les enfríen los pies; causará problemas más adelante».
Emily levantó una ceja. —¿Tu abuela realmente te dijo eso?
—Sí, ella ha estado preocupada por sus dos nietos, ambos solteros y en la treintena. Ahora que estoy en el Reino Unido, está concentrada en mi hermano en vez de en mí. Solo espero que él arregle las cosas con Olivia pronto; si se lo propone, debería ser pan comido.
—¿Han estado dándole largas por un tiempo, eh?