435 No lo amas

—Miranda, ¿a dónde vas? —preguntó Ken, agarrándole el brazo.

—De vuelta a mi oficina. No puedo con este proyecto —respondió Emily.

—Pero no puedes ser tan directa con el jefe así. Él ha pasado por el infierno estos últimos tres años después de que su esposa falleció. Añadir unos cuantos suites extra grandes no hará daño, ¿verdad? Podría cumplir un deseo para él —Ken parecía preocupado.

De repente, Emily sintió una profunda sensación de cansancio.

—Ken, Vincent es el jefe. Lo que decida, depende de él. Si quiere más departamentos grandes, puede añadirlos. He hecho todo lo que un diseñador debe hacer. El resto no es mi responsabilidad —dijo Emily.

—Miranda, hoy estás rara. Normalmente eres tan tranquila y educada, pero hoy estás tensa, como si tuvieras la mecha corta —Ken se rascó la barbilla, observándola atentamente.

—Las mujeres tienen esos días cada mes. Simplemente no me siento bien —respondió Emily con indiferencia.