Punto de vista de Catherine
Tomé unos sorbos de la bebida caliente. Sabía bien.
De repente, la puerta se abrió de golpe y Blake entró. Me miró con una sonrisa en el rostro y caminó hacia mí.
Me levanté y, al segundo siguiente, me atrajo hacia sus brazos.
Su olor era tan familiar y me hacía querer permanecer en sus brazos. Cerré los ojos y disfruté del momento en silencio.
—Jamás viniste a visitarme aquí —se quejó Blake como si se sintiera herido por eso.
No pude evitar reír a carcajadas y no supe qué decir.
—Sé que estás ocupado y no quiero molestarte —lo consolé. Si había algo de lo que necesitaba hablar con él, siempre podía dejarlo para la noche cuando él regresara a casa.
—No me importa. Simplemente no te importo tanto —se quejó Blake.
—Claro que me importas. Por eso me casé contigo.