*Xander*
Por la gracia de la Diosa, la primera persona con la que nos encontramos fue Oliver. Fue algo aleatorio: Abigail, Adrian, Sasha y yo caminábamos por la plaza del mercado camino al palacio con poco más que la ropa que llevábamos puesta.
Oliver parecía sorprendido, su rostro se descoloraba mientras se dirigía hacia nosotros, mirando por encima de cada hombro para asegurarse de que nadie que conociera, supuse que su familia, estuviera cerca para vernos juntos.
Si no hubiera estado cargando a Sasha en mis brazos, Oliver me habría golpeado en la mandíbula. Lo sabía; él lo sabía. Nos sostuvimos mutuamente con miradas tan intensas que Sasha se retorcía y Abigail carraspeó, luciendo extremadamente incómoda.
—Necesitamos hablar