*Lena*
Dos Meses Después
Mamá daba vueltas a una carta en sus manos, examinando la dirección del remitente con ojo escéptico. Alcé la vista del montón de cartas esparcidas frente a mí sobre la larga mesa en la biblioteca del Castillo de Drogomor, situado a las afueras de Mirage.
—¿De quién es esa? —pregunté, extendiendo la mano.
Ella me pasó la carta sin decir palabra, pero no reconocí el nombre.
—¿Quién es Warren? —pregunté antes de abrirla. Desenrollé el papel y luego lo puse sobre la mesa.
Mamá arqueó una ceja hacia mí. —¿Qué?
—Esta no es para nosotros —dije, desplazando la carta a un lado—. Es para el Abuelo, creo.
—Bueno, ¿qué dice?
—¡Nos matará si leemos su correo!