Mila
Cuando dejé a Soren, fui a mi habitación en la posada. El libro de hechizos de la caja estaba abierto en mi tocador. Desde que regresé del sueño al que Abril me había mandado, sentía que podía entender más el texto.
Había pasado horas mirándolo, pero no había podido descifrar ninguna palabra. Simplemente se sentía familiar cuando lo miraba.
Suspirando, levanté el libro y lo hojeé. No pude evitar preguntarme si era la caligrafía de mi madre en ese libro. De alguna manera, los hechizos en él se sentían aún más antiguos.
Me dejé caer en la cama y pasé al principio del libro, estudiando el texto simple. Quizás un nombre o una introducción.
Escaneando ese lenguaje inusual, acaricié con mi pulgar los caracteres entintados deseando que me dijeran lo que decían.
¿Era posible hacer un hechizo para traducir el libro?