Capítulo 79: La foto en el cajón

—Mila, déjame hacerte mía —susurró.

Me retorcí debajo de él y asentí.

—S-sí —jadeé, asintiendo más enérgicamente.

Soren rió entre dientes y apoyó su nariz en mi cuello. Pasó su lengua a lo largo de mi arteria, cálida y húmeda.

Gemí y apreté más mi agarre en los hombros de Soren.

—¡Hazlo! —le supliqué con mi cuerpo, girando mi cabeza hacia un lado y estirando mi cuello al máximo.

Soren gruñó y sus labios se entreabrieron. Mordió fuerte, rompiendo mi piel.

Arqueé mi espalda y grité de placer. Bloqueé mis tobillos y brazos alrededor de él, sosteniéndolo cerca para evitar que se alejara.

Un fuerte sentido de pertenencia me llenó. Yo pertenecía a Soren, completamente envuelta en su cuerpo y en su aroma. Estaba envuelta en su esencia.

Mi cuerpo zumbaba de placer y podía sentir que el cuerpo de Soren también zumbaba. Estábamos conectados, éramos uno, y nunca me había sentido tan segura, protegida y en paz.