Capítulo 116 : La Daga de la Misericordia

Por suerte, no pasó nada más. Sin embargo, también podíamos deducir por los ruidos que Sebastián y su tropa tampoco se habían movido mucho. Esperamos un poco más antes de empezar a asomarnos otra vez.

La daga se balanceaba contra la pierna de Sebastián, atada al lazo de su cinturón. Casi instantáneamente, supe que encajaría en la funda del artefacto.

—Esa es la última pieza de la Hoja de las Almas —susurré—. Pensaba que el rey la tenía... ¿No era por eso que tú robaste las dos partes de mí, para que el rey tuviera el artefacto completo?

Eros rodó los ojos ante mi comentario.

—El rey la tenía, pero obviamente, la perdió otra vez.

Sebastián consiguió la daga, ¿qué querría a continuación? ¡Obtener las otras dos partes y cambiar de cuerpo una vez más!