Los ojos de Juliette eran viciosos. Se parecía a un escorpión con un veneno mortal.
Yvette no se perdió eso. Vio la maldad en los ojos de Juliette claramente.
Inmediatamente sintió que algo estaba mal y quiso darse la vuelta e irse. De repente, Juliette dijo: "Ayúdame, Yvette, ayúdame, estoy embarazada..."
Al principio, Yvette estaba confundida, pero cuando vio la dirección en la que cayó Juliette, sus ojos se abrieron de golpe.
¡La espalda de Juliette estaba apuntando hacia la esquina de la mesa!
Juliette estaba embarazada. Si golpeaba fuertemente la esquina de la mesa, su bebé estaría en peligro.
Por bondad, Yvette extendió la mano sin dudarlo.
Un destello de malicia brilló en los ojos de Juliette. Las comisuras de su boca se levantaron. Parecía que lo había esperado.
Juliette conocía muy bien a Yvette.
Juliette también extendió su mano hacia Yvette con la mandíbula apretada. Juliette usó toda su fuerza.