Connor apoyó la cabeza de Annette en su hombro y dijo: "Deja de mirarme, o estoy a punto de hacerte algo. He estado tratando de contenerme."
Annette apartó la mirada rápidamente y miró la película obedientemente, sin atreverse a moverse.
Habían terminado de ver la película y solo eran las cuatro.
—¿Vemos otra? —preguntó Connor.
Annette negó con la cabeza y dijo: "Ver películas en casa todo el día es aburrido."
—¿Qué quieres hacer? Te acompaño. Estoy feliz mientras esté contigo.
Annette se conmovió y surgió en ella una idea traviesa. Preguntó: "¿De verdad?"
—¿Por qué te mentiría?
Annette se levantó de la cama y dijo: "Vamos."
—¿A dónde vas? —preguntó Connor.
—Siempre paso la Navidad sola. Siempre he esperado que alguien aparezca y pase las fiestas conmigo, y que podamos cocinar juntos. Bueno, ahora, ahí estás tú.
Connor sacudió la cabeza y sonrió. Acompañaría a Annette a hacer cualquier cosa, siempre que ella quisiera.
Bajaron juntos las escaleras.