Había frialdad en los ojos de Alina.—Annette, te haré saber que no eres tan importante para Connor —dijo ella.
—¿Ah sí? Entonces esperaré a que lo demuestres —Se alzó una esquina de su boca. La amenaza de Alina no significaba nada para ella.
Alina sacó su teléfono y marcó el número de Marcus. Su voz era suave de nuevo.—Marcus, ¿cuándo volverás?
—Estoy aparcando mi coche.
Después de colgar el teléfono, Alina le dijo a Annette:
—¿Sabes qué? Haría cualquier cosa para conseguir lo que quiero.
Annette no tenía miedo y dijo:
—Lo sé.
Alina se burló.—En realidad, sé que Connor y yo nunca tuvimos la oportunidad de estar juntos en esta vida. Pero sufro de celos y rabia todos los días. Cuanto mejor estén tú y Connor, más doloroso es para mí, porque todo lo que tienes ahora debería haber sido mío. Annette, nunca entenderás lo difícil que es estar con alguien a quien no amas. Incluso siento que respirar es doloroso. Me odio a mí misma y odio...