—Viejo Jiang... deberías aceptar la realidad. Quansheng no tiene salvación —aconsejó alguien con cautela.
—¡Deja de decir tonterías! ¡Mi hijo no está muerto! ¡Solo necesita ver al doctor! —replicó Jiang Guoli ferozmente.
—Bien, no hay nada más que ver —susurró Su Xiaoxiao a la Tía Guo y Jiang Yexun.
—Sí, sí, vámonos. Ver esto nos dará pesadillas esta noche —estuvo de acuerdo rápidamente la Tía Guo.
Ella pensaba que era solo una pelea feroz entre una pareja, nunca esperó que resultara en un asesinato, especialmente por manos de Yu Siping. La usualmente gentil pareja Jiang había demostrado ser capaz de acciones extremas.
Jiang Yexun notó el comportamiento inusualmente calmado de su prometida. Parecía haber anticipado el resultado y no reaccionó a la condición de Jiang Quansheng. Este contraste entre su apariencia suave y voluntad fuerte lo intrigó.
Sin embargo, Jiang Yexun aceptó el comportamiento de Su Xiaoxiao sin cuestionarlo; le gustaba cada aspecto de ella.