Hacer dinero no es fácil en estos días

Jiang Yexun regresó rápidamente. Al ver a la niña bien abrigada, juguetonamente golpeó la bola esponjosa en su gorro.

—Mamá, ya nos vamos —dijo Jiang Yexun a la Tía Guo.

—Vayan rápido, si no se van ahora, estará oscuro cuando regresen —la Tía Guo los despidió apresuradamente.

El camino desde su equipo de producción era montañoso y, siendo invierno, podían encontrarse con animales salvajes. Era mejor evitar salir después del anochecer a menos que fuera necesario.

—He traído un machete —dijo Jiang Yexun, levantando la cesta de bambú que llevaba en la mano.

No permitiría que ningún peligro acechara a su joven educada.

—Bien, ya que estás preparado, no te esperaré para la cena. Adelante y termina tu trabajo —dijo la Tía Guo, sintiéndose más tranquila al ver a su hijo tan preparado.