Al entrar en la cueva, comenzó siendo pequeña, obligándolos a agacharse para moverse.
Pero cuanto más avanzaban, más grande se volvía la cueva.
Finalmente, parecía como si el interior hubiera sido completamente vaciado, revelando paredes imponentes y arqueadas.
Evidentemente, esta cueva debía haber sido excavada artificialmente.
Esta realización hizo que las expresiones de Xu Chengzhi y Su Hongchen se volvieran sombrías.
Excavar un espacio como este habría requerido un ruido y tiempo significativos, y sin embargo, ninguna de las brigadas cercanas parecía haber notado algo extraño.
Pero ahora no era el momento de investigar responsabilidades; necesitaban encontrar a Lin Hanshui rápidamente.
Con sus linternas en mano, se acercaron y descubrieron cajas apiladas de casi tres o cuatro metros de altura.
Cuando abrieron las cajas apiladas, la tenue luz de la linterna se reflejó en cajas llenas de oro, casi cegándolos.