Su Xiaoxiao se asustó muchísimo

—Lo sé, siempre estaremos juntos a partir de ahora —dijo Jiang Yexun al ver la tristeza en su rostro. Su corazón se sintió como si estuviera fuertemente apretado.

No sabía por qué, pero aunque no había sucedido nada particularmente doloroso entre ellos, escuchar esas palabras de Su Xiaoxiao de repente lo llenó de una extraña sensación de pánico y dolor. Era como si ya la hubiera perdido una vez antes.

—¡Eso no pasará! Estaremos siempre juntos, felices —dijo Jiang Yexun, tomando firmemente la mano de Su Xiaoxiao, haciendo una promesa seria.

—¡Mm! —Su Xiaoxiao cerró los ojos y sonrió dulcemente, asintiendo hacia él. Luego, inmediatamente se lanzó a sus brazos.

La manera en la que se acurrucaba con él con tanta añoranza hizo que la respiración de Jiang Yexun se acelerara instantáneamente.

Bajó la cabeza, extendiendo la mano para levantar delicadamente su barbilla, queriendo saborear la dulce fragancia de sus labios.