Al regresar a la mansión, Nanli no olvidó informar a Ye Siheng sobre Fan Guizong. Ye Siheng frunció el ceño profundamente. —Ese hombre es de mente estrecha y altamente capacitado en artes oscuras. No solo se toma el tiempo y el esfuerzo para idear planes, sino que también tiene la determinación de sobrevivir, incluso a costa de cortarse su propio brazo. Su escape será problemático.
Nanli asintió. —Exactamente. Me preocupa que pueda causar problemas para la familia Fan nuevamente. Antes de irse, estableció formaciones adicionales de feng shui en la residencia Fan y enterró talismanes en varios lugares para formar un arreglo protector contra espíritus malignos.
Ye Siheng entendió sus preocupaciones. —No te preocupes, enviaré guardias secretos para rastrearlo. Mientras se mueva por ahí afuera, lo encontraremos.
Nanli reconoció con un murmullo y tomó un sorbo de té. Después de charlar un poco más, se dirigieron a la Mansión del Marqués Anyang.