Otro Romance Desastroso

Ye Siheng levantó una ceja, entendiendo que estas familias estaban más preocupadas por el escándalo que por la seguridad de sus hijas. Incluso si las chicas fueran rescatadas, enfrentarían una pérdida de reputación y valor, lo que las haría menos dignas de ser salvadas. Así es la ley del karma. No pudo evitar sentir una punzada de tristeza por las desafortunadas chicas. Los funcionarios y los jefes de familia pronto se marcharon.

Ye Siheng reflexionó brevemente, relajando un poco el ceño. Cuando Qing Feng regresó con el carruaje preparado, notó la expresión de Ye Siheng y preguntó, —Su Alteza, ¿vamos a rescatarlas?

—No merecen perder sus vidas por esto —respondió Ye Siheng—. Lleva un escuadrón de guardias encubiertos y hazlo en silencio.