—T-T... —tartamudeo con el coño palpitante al desviar la mirada porque no puedo enfrentar su mirada voraz. Fobos toma mi mandíbula y me obliga a encararlo, quiere ver mis sentimientos, mis emociones ante lo que me ha revelado. En dos años nunca me pidió que hiciera esto, pero parece ser algo que él había ansiado todo el tiempo.
—No te lo pedí porque quería tratarte con respeto y después de todo, eres inexperta. No quería presionarte. Pero ya no puedo contenerme más.
—¿Qué quieres? —pregunto sin aliento, echando un vistazo a su polla. Me había preguntado cómo sabría pero pensé que él no quería que se la chupara allí abajo porque antes lo dijo solo en juego, nunca en serio, así que lo que Zina me dijo era cierto. A los machos les gusta que les chupen la polla.