Luna Liz

Después de años de una soledad excruciante, Phobos se me acercó. Una bestia aterradora, mi alma gemela que emergió de los confines de una tormenta estruendosa y despiadada. El hombre que anhelaba. Me tomó por sorpresa y quedé bajo el hechizo que lanzó a través de sus ojos oceánicos. Un hechizo del que no podía liberarme y en ese mismo momento supe que estaba en problemas. En el segundo en que nuestros ojos se encontraron supe que él me traería un sinfín de desdichas.
Éramos amigos de la infancia, él y yo. Phobos, el juvenil gentil y juguetón con el que crecí y al que admiraba como un cachorro, desapareció y fue reemplazado por un bárbaro desalmado, me aterraba mientras mataba a muchos con un parpadeo de sus ojos. Sin remordimientos, sin preocupaciones, su bestia a menudo en control, avanzando y consumiendo sus sentidos. Eran iguales.
¿Cómo puedo conectar con una bestia como él? ¿Cómo puedo hacer que me llame suya? ¿Cómo puedo amar a mi amigo de la infancia que se ha convertido en un monstruo despiadado?

La Reclamación Virgen de la Bestia

—No hay necesidad para que él venga aquí solo para informarme de tu desaparición. Está viniendo para verificar, Tea.


—¿Verificar qué? —pregunto agitadamente mientras dirige su mirada hacia mí con ojos verdes llenos de aprensión.


—Si estás aquí o no. Hay una mirada alarmante en sus ojos que me lleva a un estado de pánico. Si Fobos me encuentra aquí y descubre que intencionadamente hui de él, sé con certeza que no terminará bien para mí ni para Cronos. Mi hermano es rápido para desarrollar otro plan; las ruedas en su mente giran en busca de una solución para evadir a la bestia persistente que viene en camino.


Mi hermano toma rápidamente su teléfono con una urgencia que lo encadena y contacta a otro lobo. —¿A quién estás llamando? —pregunto, pero mi pregunta es ignorada, la totalidad de su atención fija en la llamada telefónica. Toma algunos tonos hasta que finalmente es atendida y somos recibidos por la amable voz amigable de Lumina.


Sin respuesta - Parte【3】