Desperté por mi cuenta después de un rato con mi estado emocional más tranquilo y sentí como si hubiese olvidado algo importante. Sin embargo, finalmente podía pensar y respirar tranquilamente en su potente presencia, finalmente podía conversar con él más calmadamente. Pronto descubrí que aún estaba arrullada en el pecho de mi macho, pero él dormía profundamente con sus brazos aún enrollados fuertemente alrededor de mí como si temiera que yo fuese a dejarlo una vez más. Su cuerpo me hablaba de sus emociones más que él mismo.