El Origen de la Anorexia

Al oír voces, Zhouzhou corrió velozmente hacia la puerta, asomando su cabecita curiosa, solo para ver a una mujer fuera, lanzando maldiciones vehementemente.

Llevaba un maquillaje pesado, con uñas carmesí lo suficientemente largas como para ser usadas de cucharas.

Aunque bastante atractiva, su rostro estaba marcado por la amargura, su voz aguda mientras clamaba —Libera a mi hijo inmediatamente, o te demandaré por confinamiento ilegal!

La criada se paró en la puerta, impidiéndole entrar, y las dos se enzarzaron en un acalorado intercambio.

Al ver que no había chismes jugosos que escuchar, Zhouzhou regresó adentro.

Huo Ji'an estaba comiendo cuando oyó el alboroto, y su curiosidad se avivó —¿Quién es? —preguntó.