Recogiendo Dinero

Pequeña Wang circulaba alrededor del señor Li, llena de asombro. Recordaba que el señor Li había estado enfermo el año en que ella murió.

Circulaba el rumor de que ya tenían preparadas sus vestimentas funerarias. Han pasado diez años ahora, y ella no esperaba que él todavía siguiera vivo y bien.

En contraste, ella, a tan corta edad, ya había fallecido. —¡Oh, cuán irritante es compararse con los demás! Miraba al señor Li con envidia en sus ojos.

—¿Se conocen ustedes dos? —preguntó Zhouzhou al detener sus pasos y volverse a mirar.

—Sí, somos del mismo pueblo. El señor Li está realmente en buena salud... —respondió Pequeña Wang asintiendo repetidamente y parloteando.

Zhouzhou escuchaba, frunciendo ligeramente el ceño, mirando al señor Li con una expresión extraña. Su semblante, envuelto en aura mortuoria, parecía como si debiera haber sido llevado a descansar hace mucho tiempo.