Con su súbita inhalación, Wang Yao sintió su mente despejarse instantáneamente.
Giró la cabeza sorprendida, solo para ver a un hombre de pie a su lado, su rostro cambiaba inmediatamente mientras retrocedía instintivamente unos pasos.
Viendo su reacción, el espíritu maligno adoptó rápidamente una expresión tan suave como el agua de su almacén, exudando bondad como una hermana mayor compasiva, haciendo que la gente quisiera confiar en ella.
Wang Yao se sobresaltó, sin esperar tal transformación. Sin embargo, después de no ver al hombre, su corazón desbocado se calmó y volvió a su asiento original.
—¿Qué pasó antes de que saltaras? —preguntó Qin Xu. Al oír su voz, Wang Yao lo miró, frunciendo el ceño, y preguntó —¿Eres policía?
Había un tono de resistencia en su voz. Zhouzhou, captando la situación, inmediatamente intervino —Sí, hermosa hermana, este no es un policía cualquiera, mi Segundo Tío es increíble, atrapa a los malos. Es una gran persona, puedes contarle cualquier cosa.