Amo el dinero, y el dinero me ama

En la isla.

—Chen Tuo, sujetando el brazo de un hombre, lo empujó hacia la habitación y se dirigió a la figura detrás del escritorio —Jefe, lo he traído.

El hombre, aparentando en sus cuarentas, parecía honesto pero tenía una expresión culpable mientras se enfrentaba a Ye Lingfeng. —Lo siento, Capitán Ye. No presté atención y hablé demasiado durante la cena, dejando que alguien escuchara y revelara la identidad de la joven dama.

Lleno de remordimiento, continuó, —Puede castigarme.

Chen Tuo, parado cerca, intervino en su defensa. Este hombre, llamado Li Wei, había estado con ellos algún tiempo pero principalmente se quedaba en el campo de entrenamiento, manejando la logística en vez de las tareas de primera línea.

—Jefe, no fue intencional. La Señorita Zhouzhou está bien ahora, así que dejémoslo pasar —dijo.

Ye Lingfeng lo ignoró, entregando un documento del escritorio tanto a Chen Tuo como a Li Wei.