—Tal vez Luo Jin estaba un poco falto de afecto, pero ciertamente no quería una figura paterna apenas mayor que él —tapó la boca de la pequeña niña regordeta, reacio a escuchar las palabras "nuestro papá" de sus labios nuevamente.
—¡Especialmente cuando esa persona era su archienemigo! —Zhouzhou le parpadeó, con un atisbo de arrepentimiento en sus ojos—. Está bien —dijo suavemente—. Tomó su mano—. Entonces te consentiré.
—Luo Jin dudó, mirando hacia abajo a Zhouzhou —aún era esa niña tierna solo más alta que una cebolla, sin embargo, aquí estaba diciendo que lo consentiría.
Aun con su exterior duro, el corazón de Luo Jin se conmovió ligeramente.
—Sus labios se curvaron ligeramente, y de repente le dio un golpecito en la frente —está bien, ya soy un adulto. No soy tan frágil como piensas. ¿Realmente necesito que una niña como tú me proteja para sobrevivir?