El listillo se conectó de inmediato, abrazando a Ye Lingfeng y canturreando en un tono juguetón:
—Papá, eres la persona más generosa de este mundo, ¿verdad?
—No, no lo soy. —Ye Lingfeng no cayó en la trampa en absoluto. Había sido engañado una vez, no era tan fácil de manipular.
Zhouzhou lo miró con pena, dando palmaditas en su muslo, su pequeña boca se abrió mientras fingía llorar:
—¡Mi vida es tan difícil!
Tener dos papás celosos era duro; ¡no podía soportar sus celos!
Xi Mo observó por un rato, sin poder resistir más. Le lanzó una mirada a Ye Lingfeng, sintiendo que había parecido confiable por un momento, solo para volver a ser infantil otra vez.
Al ver a Zhouzhou llorar tan dramáticamente, le recordó:
—No hay señal en la isla, no puede enviar ningún mensaje.
Con esas palabras, el llanto de Zhouzhou se detuvo instantáneamente, y miró a Ye Lingfeng algo triunfante.
Je je, ¡la pequeña revoltosa no tenía miedo de ser descubierta!