Zhouzhou está a punto de recibir una paliza

Antes de que Pequeño Goldie pudiera reaccionar, otra figura ágil se abalanzó de repente y abrió su boca, apuntando a morder la pierna de Ma Hao con sus grandes dientes blancos.

Zhouzhou se sorprendió y rápidamente abrazó a Laifu. —No, no, Laifu, solo estaba bromeando.

—El Tío Ma es uno de los nuestros. No puedes realmente morderlo. Solo asústate un poco —dijo mientras consolaba a Laifu frotando su espalda.

Después de un rato, Laifu finalmente se calmó. Su cola esponjosa se movía, rozando su mano, sus ojos estrechos entrecerrándose perezosamente pero aún llevando un toque de hostilidad.

Sin embargo, su mirada permanecía fija en Ma Hao, teñida de amenaza.

Ma Hao se secó el sudor frío de la frente y exclamó:

—¡Vaya, Zhouzhou, realmente has convertido a este cachorro de lobo en un perro!

Con su actitud protectora y la cola moviéndose, apenas había algo de lobuno en él.

Zhouzhou frunció el ceño hacia él. —Tío Ma, si sigues diciendo tonterías, realmente dejaré que Laifu te muerda.