—Había ocurrido. Lo había hecho. ¡Era la señora James Valentino! —Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho que apenas podía creerlo.
Todo había pasado en un borrón. Un minuto, me estaba preparando, con la ayuda de mi madrastra y Sofía, así como de los estilistas que había contratado. Al siguiente, estaba parada junto a James en el altar. Estaba tan enfocada en él que apenas escuché una palabra de la ceremonia, la cual fue corta y al grano.
Él se veía tan guapo en su esmoquin que no podía apartar los ojos de él. James era un hombre tan asombroso en todos los aspectos. Habíamos tenido nuestros problemas en el pasado, pero lo amaba con todo mi corazón. Estábamos comenzando un nuevo capítulo de nuestras vidas juntos, y estaba deseosa de pasar cada momento con él.