*Giovani*
En el mismo segundo en que vi a Alessandro irrumpir en la sala de espera, supe que iba a montar un escándalo. Habría tenido más posibilidades vendiendo el Infierno como un resort de parque acuático que intentando calmarlo ahora.
Me levanté con un suspiro pesado, echando un vistazo a las diversas personas que ahora nos miraban como si fuéramos animales en un zoológico.
El hijo de puta que dejó entrar a Alessandro aquí iba a tener su salario reducido durante los próximos cinco años.
Tallon saltó a sus pies, corriendo hacia su hermano mientras lo encontraba a mitad de camino. Levantó las manos en señal de defensa, una sonrisa temblorosa en su rostro mientras intentaba desactivar la situación.
—Vamos, Alex, no
Tallon se estremeció cuando los ojos llenos de furia de Alessandro se posaron en él solo por medio segundo antes de que lo empujara y se parara justo frente a mí.
—Ya ves —suspiró Tallon en derrota, siguiendo el camino de vuelta hacia mí y Olivia.