Olivia
Las lágrimas no dejaban de brotar mientras pensaba en todo lo que iba a perder. Dalia, Giovani, ir a la universidad en Italia—iba a perder todo eso, y toda la culpa era mía. Le había dicho a Gio que necesitábamos mantenernos en secreto, pero no había trabajado lo suficiente para ocultar lo que éramos.
¿Por qué diablos pensamos que salir en una cita estaría bien? Me sentía como una idiota. Mi madre iba a estar tan decepcionada de mí. Y lo peor de todo, me estaba dando cuenta de que Gio era mucho más que un simple rollo divertido. Estaba enamorada de él. Quería un futuro con él. Todo esto sería mucho más fácil si pudiera acabarlo, pero no podía.
Finalmente, los sollozos que habían estado sacudiendo todo mi cuerpo comenzaron a disminuir. Respiré hondo y me limpié la cara. Podía sentir que mis ojos estaban hinchados por el llanto, pero al menos las lágrimas ya no caían activamente. Decidí que tal vez una taza de té me ayudaría a calmarme lo suficiente para poder dormir.