*Giovani*
Inconscientemente me encontré apretando las manos en puños y luego obligándome a relajarlas. Mi mandíbula me dolía de tanto apretarla. Estaba bastante seguro de que en las noches que no dormía con Olivia, estaba rechinando los dientes debido a todo el estrés que había estado soportando últimamente. Gabriele me miraba; me conocía lo suficientemente bien como para saber que hablaría cuando estuviera listo.
—Me está matando —dije en voz baja—. Sé que necesito dejarlo ir y concentrarme en la organización, pero me está jodiendo tener que lidiar con él.
Gabriele asintió, percibiendo que necesitaba desahogarme más de lo que necesitaba escuchar su consejo.