—Miraba por la ventana del coche, sin prestar atención al paisaje, sin asimilar nada. No dejaba de revivir ese momento, el momento en que había visto a una persona morir justo delante de mí... sus ojos se apagaban, su sangre salpicaba mi rostro y caía en mi gelato.
—Un segundo había sido una persona viva, como yo, como Dalia. Al siguiente... se había convertido en un cadáver, algo que simplemente había que deshacerse de él. No podía entenderlo. ¿Quién era? ¿Por qué había querido hacernos daño? ¿Tenía una familia que esperaba que volviera a casa esa noche? Puede que haya intentado hacer algo malo, pero eso no significaba que quisiera que estuviera muerto.