Capítulo 440: Desaparición

—Era demasiado malditamente ruidoso.

El reloj en la pared continuaba su tictac con cada segundo, recordándome el constante paso del tiempo, cuánto de él estaba malgastando y cuán poco me quedaba. La madera vieja del complejo crujía y gemía bajo la tormenta exterior, la lluvia golpeando con fuerza contra el cristal.

Hubo un destello contra la ventana, iluminando la oscura habitación de mi estudio y luego desvaneciéndose como si nunca hubiera estado ahí. La botella que sostenía con fuerza en mi mano estaba casi vacía, el líquido tibio y negándose a hacer su maldito trabajo.

Di un trago de la botella, terminando el último resto y haciendo una mueca ante el mal sabor. Todo el mejor alcohol de mi reserva había desaparecido, dejándome con esta porquería.